VALENTÍN CARRERA CONCLÚE NA BEIRA DO SIL A SÚA “VIAXE AO INTERIOR DUNHA PROVINCIA”

21 / 07 / 2008

O sábado día 19 rematou, na beira do río Sil, a aventura que durante un mes realizaron catro andadeiros a pé, en bicicleta, dacabalo, en globo e en barca, polos vales e pobos do Bierzo. Os autores de “El viaje del Vierzo” fixeron unha nova radiografía literaria e audiovisual do Bierzo.
Para Valentín Carrera, Anxo Cabada, y Sandra y Alicia Carrera, su aventura comenzó en el día más largo del año y la noche más corta, en torno a la hoguera de San Juan, para recorrer durante treinta días los caminos, los valles, los ríos, las montañas, los monasterios y castillos, las herrerías, las médulas y barrancas, los lagos…; pero sobre todo, para descubrir el nuevo paisaje humano.

Este recorrido nació como un viaje al corazón de los bercianos del siglo XXI, los inmigrantes que han adoptado El Bierzo como patria chica, los jóvenes que regresan y los mayores que no quieren irse. El interior de sus casas y armarios, y de sus vidas.

A lo largo de este mes, los viajeros han recorrido el Valle del Silencio, Peñalba, Bouzas, Palacios de Compludo, Compludo y su Herrería, el Acebo, la Cruz de Hierro, Molinaseca, los molinos eólicos de El Redondal, la comuna arco iris Mataveneros, la bajada a San Facundo, Bembibre -donde participaron en la bajada de El Santo-, Páramo del Sil, Salentinos, Salientes, y las crestas de Valdeiglesias y Catoute a caballo. Desde el Campo de las Danzas caminaron hasta el pueblo abandonado de Santa Lucía, y luego Cerradillo, Villavieja, Toral de Merayo, Valdecañada y Ozuela. El itinerario continuó en los días siguientes por el Alcornocal y la cooperativa de Cabañas Raras.

Siguiendo un tramo del Camino de Santiago, los cuatro andarines y su perra Coco llegaron hasta la feria de Cacabelos y ascendieron en bicicleta al Castro de la Ventosa, circundando sus murallas romanas, mirador privilegiado donde los haya. También en Cacabelos compartieron una cata de vinos mencía y godello y continuaron ruta al Palacio de Canedo para compartir con Prada una jornada a tope.

En Ponferrada, Valentín, Anxo, Alicia y Sandra conversaron con las monjas de clausura del Reloj, y en las calles de Villafranca gozaron de la compañía, del humor y de la amistad de Ursula y de Antonio Pereira, el poeta.

A lo largo de todo este mes, otras jornadas llevaron a los viajeros en el tren del carbón desde Cubillos hasta Palacios del Sil, y a caballo ascendieron hasta la braña de Fontelladas, para continuar viaje al Castro de Chano, y adentrarse, en Tremor de Arriba, por la boca de la mina de Los Casares, hasta la galería donde los andarines arrancaron antracita.

Los autores de este viaje también compartieron jornada con la patrulla del oso, disfrutaron de la Noche Templaria, buscaron oro en la cuevona de Las Médulas, y se dejaron retratar jugando a la petanca por el fotógrafo minutero Santi Pajarito.

En muchas de estas ocasiones Anxo y Valentín reencontraron huellas de su primer viaje, hace 20 años. Desde 1988, cuando se editó “El viaje del Vierzo”, la comarca ha sufrido una extraordinaria transformación en todos los órdenes: demográfico, cultural, económico, turístico. La nueva realidad berciana es sustancialmente distinta y, por ello, fieles al espíritu aventurero de entonces, Anxo Cabada y Valentín Carrera se han vuelto a calzar las espuelas de caballeros andantes en la primavera de 2008, para salir a la descubierta del Bierzo actual, después de veinte años.

Próximamente, TV de Ponferrada emitirá el documental que se estuvo grabando durante esta nueva aventura, realizado por Érica Esmorís. Una pieza de 52 min., que descubra a los espectadores de televisión nuestro “paraíso de pan y chorizo, donde la naturaleza y la historia crearon el paisaje a capricho de los dioses”.

Está previsto que en el mes de diciembre Valentín y Anxo presenten su libro, una radiografía fotográfica y literaria del Bierzo que durante estos días han ido realizando. Valentín Carrera ha querido dedicar esta nueva aventura a la memoria de Ignacio Linares y Ramón Carnicer.

El título de la aventura es un homenaje al “Bosquejo de un viaje a una provincia del interior” de Gil y Carrasco, modelo periodístico que, junto con el “Viaje a una provincia del interior” de Raúl Guerra Garrido y “Donde las Hurdes se llaman Cabrera” del maestro Ramón Carnicer, han sido los libros de cabecera de los andarines.

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