Ramón Villares: “La cultura es la argamasa que sostiene las sociedades”

27 / 05 / 2021

Ramón Villares pronuncia la conferencia inaugural El iberismo como idea y como proyecto con motivo del IV Encuentro de Academias de Cine Ibéricas. A partir de los orígenes del iberismo como proyecto político, el historiador chairego desarrolla la idea del iberismo cultural como reivindicación de la diversidad cultural en la Península Ibérica.

Hablamos con el Catedrático de Historia de la Universidade de Santiago de Compostela y ex-presidente del Consello da Cultura Galega sobre esta conferencia, que inicia el programa de la cuarta edición de la cita anual que reúne a los representantes de las academias de cine de la península.

¿Qué opinión le merece la celebración de este tipo de iniciativas en el marco de las relaciones entre los distintos territorios que conforman la Península Ibérica? 

Yo agradezco mucho la invitación, sobre todo por la oportunidad que me concede de hablar sobre el iberismo que, como se dice en el título de la conferencia, ha tendido históricamente a ser más bien una Idea que un Proyecto, sea político o sea cultural.

Que las Academias do Cinema da península empleen la definición de ibéricas para mi es estimulante. Yo no asistí a ninguno de los encuentros anteriores, pero me consta que su concepción iberista es muy sincera y decidida, lo que significa que me merece no solo una opinión positiva, sino que debo felicitar al conjunto de estas Academias por la iniciativa y por el enfoque que le dan a su trabajo.

¿Qué lugar ocupa la idea de iberismo en la actualidad, dentro de las relaciones entre España y Portugal? ¿Hay algún caso de éxito que merezca ser destacado?

El lugar del iberismo es difícil de definir. La idea está presente, pero de forma intermitente, en las Cumbres de los Gobiernos, en las declaraciones de algunos dirigentes políticos y, también, de escritores e intelectuales. Las visiones del iberismo, además, son algo diferentes desde cada parte de la frontera: hay más entusiasmo en España que en Portugal, tal vez porque se confunde con “absorción” o con “peligro”, según sea el interlocutor. Hay muchos muros simbólicos que derrumbar.

En cuanto a iniciativas concretas, hay muchas para señalar, en el campo de las relaciones humanas (el tránsito pendular de trabajadores es muy elevado), en las infraestructuras a pesar de la lentitud de la conexión ferroviaria, en las universidades, en la cultura… pero si tuviese que escoger una acción importante y reciente, sería la cooperación transfronteriza, en la que la Regiâo Norte de Portugal e a Galiza han sido pioneras en el marco de la Unión Europea y son, a día de hoy, la más activa de todas cuantas se han constituído desde principios de los noventa

“Las instituciones culturales pueden y deben aspirar a crear una sociedad mejor, más digna y segura”.

Ramón Villares, historiador.

En su discurso de investidura por la Universidade do Minho, en 2015 mencionó “semejanzas naturales y culturales” entre Galicia y Portugal, que permiten hablar de una “identidad común”. Considera que Galicia debería jugar un papel protagonista en las relaciones entre España y Portugal?

Sí, claramente. Galicia, como ya soñaba Valentín Paz-Andrade, puede servir de puente entre dos grandes culturas como la castellana y la portuguesa y, más allá de eso, las semejanzas galaico-portuguesas permiten un papel de intermediación que hoy se está comprobando en el campo de la empresa y el comercio, los servicios y la investigación. La vida cotidiana va por delante de la vida oficial

¿Y, más específicamente, si nos refereimos al ámbito cultural?

En el ámbito cultural hay dos campos importantes a tener en cuenta. El primero es el lingüístico, en el que la Ley Paz-Andrade, aprobada por el Paralmento de Galicia, favoreció una aproximación entra las instituciones culturales, como fue el caso del ingreso del Consello da Cultura Galega como Miembro Observador de la CPLP. Otro campo es el universitario, donde hay una especie de Erasmus entre Galicia y el Norte de Portugal, que tendrá ventajas en el futuro, sobre todo en la permeabilidad de investigadores e intercambios de proyectos entre las siete universidades de la región.

“A través del cine y de la imagen es como se puede llevar a cabo una pedagogía de la diversidad y de la pluralidad cultura: oír las diferentes lenguas peninsulares (con ayuda en el caso del euskera) sería el mejor camino para un iberismo cultural integrador y asumido de modo natural”.

Ramón Villares, historiador.

Usted es conocido principalmente como historiador, pero también tiene vínculos notables con el sector de la cultura: es miembro del pleno de la Real Academia Galega, es Patrón Numerario del Patronado del Museo do Pobo Galego y fue presidente del Consello da Cultura Galega. En una época de incertidumbre como la que estamos viviendo, ¿cuál considera que debería ser la función de las instituciones culturales?

Que estamos en época de cambios e incertidumbres es claro, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados. Las instituciones culturales pueden y deben aspirar a crear una sociedad mejor, más digna y segura. La cultura es la argamasa que sostiene las sociedades

Bajo su presidencia el Consello da Cultura Galega firmó un protocolo de colaboración con el Instituto Camões de Portugal «para proyectar la cultura gallega en su sentido amplio». ¿Cuáles han sido los frutos de esa colaboración?

El protocolo de colaboración del Consello da Cultura Galega fue establecido con el Instituto Camões, pero también con el Instituto Cervantes, el vasco Instituto Etxepare y el catalán Institut Raimon Llull. Todas estas instituciones estaban entonces, y siguen estándolo, orientadas hacia la proyección expterior de lenguas y culturas y creo que aquel esfuerzo debe continuar, por más que sé que resulta difícil ver los pasos dados.

La Academia Galega do Audiovisual firmó en 2019 un convenio de colaboración con la Academia Portuguesa de Cinema, pero sus actividades fueron interrumpidas a causa de la pademia de la Covid-19, ¿cuáles considera que pueden ser las ventajas de este tipo de colaboraciones? 

Como en el caso de las lenguas y culturas, en el caso concreto del cine las ventajas pueden ser aún más directas y fecundas. El cine no necesita ser doblado para ser comprendido y esto facilita mucho las relaciones. Además, a través del cine y de la imagen es como se puede llevar a cabo una pedagogía de la diversidad y de la pluralidad cultura: oír las diferentes lenguas peninsulares (con ayuda en el caso del euskera) sería el mejor camino para un iberismo cultural integrador y asumido de modo natural.

En su opinión, ¿cuál es la importancia del audiovisual que se hace en Galicia dentro de la cultura galega?

No conozco bien los últimos pasos dados, pero durante muchos años, el audiovisual gallego gozó de una gran vitalidad, con un motor importante que es la Televisión de Galicia, productoras relevantes y un plantel de actores y actrices muy consoldiado y conocido fuera de Galicia, entre muchos otros valores.

Fotografía: Consello da Cultura Galega

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